La Ley de Borsodi, en el siglo XXI: por qué insistir en las cooperativas.

Voy a presentar de manera esquemática la ley de Borsodi pero no por ello es un mero resumen de los planteamientos; sino que procuro reverdecer el árido potrero de los economistas con novedad, o al menos se habrá cumplido el objetivo si logro provocar los ánimos con la discusión. Por dar un vistazo a vuelo de pájaro esto es un debate sobre la existencia de las economías de escala, las implicaciones políticas que estas acarrean y la base filosófica para ubicarse en alguno de los escenarios posibles.

Para empezar ¿Quién fue Borsodi? El teórico que le da el epónimo a la ley que pretendo estudiar en estas líneas es Ralph Borsodi (1888-1977) escritor y filósofo social norteamericano famoso, al menos entre un grupo de economistas, por plantear que si bien existen las economías de escala, esto es que entra más grande es la producción de una mercancía abarata su costo pero en cierto momento aumenta el costo de distribución, es decir el costo de transporte. Dicho de otra manera, al centralizar la producción sale más barato producir una unidad nueva, pero dado un nivel o tamaño de producción cuando ya se hace muy grande la planta ese aparente disminución de costo se pierde porque el esfuerzo logístico para poder llevar a las mercancías hasta los consumidores no compensa la supuesta eficiencia.

Para ilustrar la teoría con un ejemplo el caso típico es el del pan. Las ciudades están llenas de panaderías, es más, los barrios están repletos de panaderías. (Bastos, 2016) cree que esto se debe a la enunciada Ley de Borsodi. Se podría hacer el pan en un lugar del país, seguramente saldría más barato, pero después distribuirlo por todas partes llevaría a una ineficiencia que haría quebrar a la empresa o el Estado según sea el caso, como veremos más adelante, que terminaría posiblemente haciendo que la gente deje de consumir pan, o elaborando su propio pan en casa. Así aplica para la mayoría de los bienes de la economía, quizá una excepción son las ideas que viaja por el internet en fibra óptica, aunque no estaría tan seguro de ello.








Será más fácil dejarse llevar por el orden de izquierda a derecha de las letras como aparecen en la imagen 1 para comenzar la discusión. Es probable que se necesite un segundo texto donde se pueda indagar por otras cuestiones igualmente interesantes pero evitaré en esta ocasión para no perder claridad frente al tema.




Caso A: los átomos económicos (Competencia Hiper-perfecta).


Este análisis no es necesariamente histórico. Por tanto, el lector no debe llegar a pensar que el orden de preferencia refleja algún sentido de pasado a presente, y menos como la presentación convencional que suele hacer la economía neoclásica de ir desde la competencia perfecta, competencia imperfecta, duopolio de Cournot, hasta el monopolio; aún cuando tenga cierta relación o parecido con ese enfoque.

Como se aprecia en el diagrama el escenario A es el de los átomos económicos. Quiere esto decir que no existe cooperación alguna entre los distintos individuos para producir. Cada uno se encarga de producir sus propias herramientas, cultivar sus propios alimentos, confeccionar su propia ropa, etc. No existe la opción ni siquiera de poder trabajar con algún familiar o vecino. De ser el caso haría que producir fuera sumamente costoso porque todo el esfuerzo recayera sobre la persona sin tener más aliados que sus propios huesos y músculos.

Esto por supuesto solo es imaginario, y es el típico defecto de los economista de tratar de explicar algún fenómeno desde el hombre solitario, desde la isla del Robinson Crouse - Bastante ha entorpecido entre los teóricos para que nosotros insistamos aquí sobre lo mismo-. El ser humano ha existido inserto en una sociedad con sus congéneres, y como tal se debe estudiar. Si precisamos el punto de vista epistemológico se reconoce a los átomos económicos desde el individualismo metodológico: Solo basta conocer la parte para conocer el todo. Se suele abusar del análisis y no se reconocen propiedades, o cualidades, más que las que tienen las partes. Es por ello que no ahondaremos más en esta fantasía.



Caso B: Los pequeños productores.


Este escenario es más plausible y se suele encontrar con frecuencia en la realidad socio económica del país. Un bien o un servicio es producido, distribuido y ofrecido por muchas firmas, empresas, agentes, familias, sea el caso. Pensemos en los campesinos de (Sismondi, 2016). Nuestro economista suizo en los albores del capitalismo industrial recorría los campos del norte de Italia, en la región de Toscana, y también las haciendas en Inglaterra. Apreció que los pequeños productores, junto a sus familias, solían obtener mayor producción por área de terreno intervenido a un menor costo, si se compara con las grandes plantaciones. Es decir, eran más eficientes que los grandes productores por múltiples razones. Tenían expectativas en poder obtener un beneficio económico mayor, conocían mejor los sitios donde trabajaban, los incentivos al trabajo eran reales, no incurrían en costos de vigilancia como el caso donde se necesita trabajadores asalariados o jornaleros, entre otros. 

Precisamente, Borsodi derivó su famosa ley cultivando sus propios tomates y comparando el precio más barato con los tomates puestos en el mercado por los grandes productores. Es lo que Miguel Anxo Bastos resumen en la frase "el pez chico se come el pez grande". El corolario es claro: si los pequeños productores compiten en igualdad de condiciones frente a las grandes tenedores de tierra (Landlord), sencillamente los llevan a la bancarrota. Con los elementos presentados hasta el momento se puede dilucidar el planteamiento central de este ensayo; que el caso D donde se dan las grandes plantaciones de corte latifundista, por verlo en la cuestión agraria, pero también, en donde la mayoría de las industrias se consolidan en el sistema capitalisma, incurre en una ineficiencia social, en un costo social, con obvias consecuencias negativas que se desarrollarán más adelante.

Los estudios de Sismondi (1773-1842) concurren en el tiempo con las reformas agrarias que se adelantaban en Europa. Por ejemplo, Dinamarca estaba apostando por salir de la servidumbre feudal y permitir a los campesinos en ser propietarios. Esto contribuía al desarrollo económico y a la estabilidad social. Resulta curioso que el nacimiento del brillante economista suizo coincide con el origen de la revolución industrial (1776) y su deceso con el origen del cooperativismo moderno de la mano de los "Pioneros de Rochdale", en Inglaterra año 1844. -La historia de los pioneros fue llevada al cine-.


Caso C: las Cooperativas.


Los Pioneros de Rochdale establecieron la primera cooperativa de consumo exitosa en 1844; el intelectual ginebrino precitado no alcanzó a estudiarla porque de seguro habría tomado como bandera propia. Desde entonces las cooperativas no han hecho sino expandirse en los distintos sectores. Ha sido más revolucionario cuando establecieron cooperativas de producción y trabajo. Eso permitió que el economista inglés John Stuart Mill reconociera en la asociación cooperativista la forma empresarial autogestionada para mejorar las condiciones laborales, distribución de la riqueza, producto de una mayor motivación, eficiencia, y democracia en el mundo laboral.

Los daneses, enfrentando los retos actualizados en el año 1850, no solo volvieron a los campesinos en propietarios, sino que fundaron los créditos de origen cooperativista. Desde el Estado también financiaron la actividad agropecuaria en la península de Jutlandia; para que finalmente se constituyeran las cooperativas agroindustriales de los agricultores organizados con vocación exportadora reflejo de la eficacia y eficiencia alcanzado por los sindicatos (Landboforeninger). Establecieron una marca en común para comercializar sus productos.

Era imposible que cada una de las familias lograra industrializar su propia producción agropecuaria. Por ello, se reunían en asociaciones y fundaban cooperativas para poder mitigar el riesgo financiero, coordinar el trabajo, aprovechar las economías de escala. Esto ha sido replicado en mucho lugares del globo. Países como Canadá, Alemania, Nueva Zelanda, País Vasco, Italia, Japón han tenido experiencias similares. Como ya se dijo anteriormente, las cooperativas se han logrado establecer con éxito en prácticamente todos los sectores de la economía. 

Una última observación en este punto es que mientras el caso A se refiere a los "átomos económicos" en este escenario hablamos de sistemas. Unas personas se organizan y transforman elementos del entorno estableciendo todo tipo de relaciones vinculantes o no; lo que origina las estructuras de los sistemas. Se diferencia del "Holema" -de los holísticos- en que si bien todo está relacionado lo está bajo distintos grados de vinculación, unos más fuertes y unos más débiles. Permite el análisis pero también la síntesis. Se adhiere al emergentismo, al sostener que los sistemas tienen propiedades que sus partes o componentes no poseen; a diferencia de los holistas que ven las cosas, el mundo, como un todo indivisible. Los médicos cirujanos, por decir algo, operan al paciente acorde a su perspectiva filosófica (sistémica y no holista), aún sin saberlo.


Caso D: Duopolio, entre el monopolio y la competencia monopolística.


La competencia monopolística se define en el sentido que cada empresa produce mercancías similares aunque busca diferenciarse en calidad, diseño u otros rasgos, y así poder distinguir a su producto del de los demás, y fijar precio con cierto grados de libertad. Por supuesto pueden ser empresas organizadas bajo distintas formas empresariales como cooperativas, sociedades anónimas, sociedades limitadas u otras figuras jurídicas para empresas capitalistas. Muchas de las actividades económicas las encontramos bajo esta forma. Sin embargo, muchos sectores están controlados por pocas empresas. 

Esto lleva a unos tamaños gigantescos tanto en la tenencia de la tierra como en las plantas industriales. Lo que ya Sismondi evidenciaba de centralización y concentración del capital, (Marx, 2019). Acorde a la Ley de Borsodi implica ineficiencias sociales. ¿por qué si esto es ineficiente tanto desde el punto de vista económico como el energético es lo que se hace? La respuesta es un tamaño adecuadamente grande facilita a ciertas familias coordinar el sector económico y el sector político para buscar rentas y obtener ganancias -No se maximizan los beneficios como dicen los microeconomistas, sino la posibilidad de extraerlos-.  En la imagen se percibe que los costos logísticos aumentan. Por eso utilizan el poder público para construir vías, tender rieles de trenes, puertos marítimos, y poder transportar los bienes por todo el país entonces socialmente se subsana el costo de circulación a expensas de poder establecer las grandes producciones. Toda la sociedad termina subsidiando a los mega emporios.

Pero si se mira bien el caso D no solo aumenta el costo logístico sino también aumenta el costo de producción ¿Es posible ello? Los expertos señalan que cuando el pulpo empresarial se vuelve muy grande aparecen ineficiencias que solo se creían en una economía de planificación central. Por ejemplo, el manejo de la información se torna difícil de procesar, como un teléfono roto. No hay precios internos por tanto coordinar las distintas fases de producción es engorroso. Son los llamados costos administrativos. Desaparece el conocimiento, compromiso, y motivación local tan fundamental para que las cosas marchen bien. Se torna exageradamente burocrático. La jerarquía es muy rígida que lleva a volver a la organización en un pesado paquidermo. De ese modo, la organización es poco resiliente y no se adapta con fluidez a los cambios del entorno empresarial.

Normalmente, los fabricantes de carros, chips, microprocesadores, tecnología, son unas cuantas empresas que compiten muy poco entre sí, o buscan la cartelización. Realidad que no ha escapado el campo tampoco. En la situación agraria es clave entender los costos de agencias; estos son los que implica la vigilancia del trabajo, para ello deben contratar personal que ejerza funciones de capataz. Por eso se dice que en igualdad de condiciones el pez chico se come al grande.

Entonces, se favorece el tamaño gigante de las compañías no por la eficiencia económica -eso es una falacia- sino porque permite coordinar mejor con el Estado en la búsqueda de rentas de la tierra y obtener ganancias. ¿No fue el expresidente Obama quien brindó los "paquetes de estímulos" a las empresas automotrices General Motors, Ford, entre otras cuando quebraron en el año 2008? Otro ejemplo, también del sector automotriz, es cuando quemaron criminalmente los tranvías en los EEUU en los años 50's para favorecer a los fabricantes de buses e imponer este modelo de movilidad en las ciudades -Incluso en la ciudad de  Bogotá, Colombia, tuvimos, para la misma época y beneficiados, nuestro propio alcalde pirómano de tranvías-.

Recordará el lector el saludo marcial donde con una mano el deportista agarra la otra que está en un puño cerrado (símbolo de fuerza). Pues así es como funcionan los equipos oligárquicos para poder buscar rentas y obtener ganancias. El Estado es el que permite sacar ganancias por sus decisiones de política pública. No es cierto que la mera competencia entre capitalistas lleva a la centralización y concentración de capital. No es cierto que las relaciones económicas sean el motor de la historia como pretenden explicar los teóricos proclives al determinismo económico. 

De hecho antes del capitalismo concurrencial, que describió Adam Smith, el mismo sistema comenzó monopolísticamente con las compañías de indias para explotar las distintas colonias europeas en el mundo. En otras palabras, los oligopolios siempre han sido la forma más fácil para coordinar desde el Estado (puño visible) obtener ganancias de las actividades económicas. Por eso en el campo, se favoreció la tenencia de la tierra en manos de los latifundistas. Porque igualmente facilita el trabajo político de la coerción (con la cachiporra) y el trabajo de dirigir la producción económica. Hoy en día toma la denominación de "puertas giratorias" donde las personas ocupan puestos gubernamentales y luego ocupan plazas en las juntas directivas de las compañías. En Japón, controlaron los distintos sectores de la economía con los Zaibatsu ( hoy con los Keiretsu).

Esto lleva a profundas ineficiencias sociales. Los economistas llaman a esto costo de oportunidad (a lo que se renuncia para obtener algo). Lo podemos ver que se quema gasolina de los tanques no como precursor para la producción misma; sino para que se puedan acumular ganancias. Siguiendo una analogía con el ciclismo, se presenta como un falso ritmo donde se ponen a la cabeza pero no es lo que más le conviene a la sociedad, porque crea más daño ambiental, injusticia social y derroche económico. Dado un esfuerzo y costo social el nivel posible de producción debería ser más alto tanto de bienes industriales como los agropecuarios. Sin embargo, se privilegia unas formas tecnológicas y políticas para poder apropiarse de las ganancias.






fuente propia





Caso E: El Estado dueño de los medios de producción.


Fue suficiente, por ahora, ver el número de empresas, un tamaño propenso al gigantismo, facilita no la coordinación intra administrativa sino confabularse con el poder público para obtener lucro. Pero el caso del autoritarismo de Marx está más cerca del caso de los monopolios; es peor, lo agrava aún más. Al promover que el Estado se convirtiera en dueño del capital y la tierra, buscaba centralizar todos los medios para producir, entre otras razones para evitar la anarquía de la producción y el monopolio sobre ellos recaería en el Estado, bajo la dictadura del partido de sus afines. Se suponía que un cuerpo de tecnócratas, una élite, por fuera del proletariado serían encargados de administrar los recursos a favor de todo el mundo.

Sin embargo, no cayó en cuenta en las dificultades que eso genera. Él veía con buenos ojos la centralización y concentración del capital, en manos burguesas, el establecimiento de grandes centros de producción y pocos propietarios porque adelantaba el trabajo de la "revolución". Pensaba que obtendría los mayores rendimientos fruto de las economías de escala, o por lo menos serían rendimientos constantes a escala. A priori no había problema alguno. Hemos visto que no es así. Al establecer la planificación central los bolcheviques desataron todo tipo de ineficiencias que llevó a la hambruna y muerte de su propia gente, solo pudo sobrevivir por el imperialismo que presentó a los demás países.

Algunos hablan que los pangermanos buscaron infligir un castigo a los pueblos eslavos por la búsqueda de la libertad. Por eso solo permitieron que tomara la forma más autoritaria para salir del zarismo. Si bien lograron industrializar un país profundamente agrarios y de servidumbre, lo hicieron a costa de su propio pueblo e impusieron el yugo a los países satélites. Todas estas ineficiencias y faltas de libertad conllevaron a que el "Holema Soviético" (en la realidad todo es un sistema o parte de uno) encontrara su final con la caída del muro de Berlín. Lo cual tuvo repercusiones negativas en la población rusa como la caída de la tasa de fertilidad, despoblamiento, reducción de los nacimientos, aumento de desesperanza, suicidio. 

Entre las causas de que el Holema no funciona es porque genera ineficiencias económicas y sociales. Esa pretensión de conectar todo el aparato estatal y productivo bajo la tutela de un cuerpo de tecnócratas, es imposible porque siempre va a ser necesario el conocimiento local. Por tanto las decisiones a 1000 kilómetros de distancia bajo la ignorancia de un burócrata solo pueden ser desfasadas. El holismo ve a las cosas como un todo indivisible, pero no es cierto. El anhelo de Marx de borrar todo signo de individualidad, y volverlo no un fin en sí mismo sino en un medio para el desenvolvimiento histórico fue lo que fundamentó esos planteamientos.

Como expresa el premio nobel de economía Amartya (Sen, 2000) no basta con los resultados totales, lo que se obtiene; sino la capacidad de decidir, aún cuando sea el mismo resultado, esto lo llama resultados globales. Bajo una dictadura, a sí sea del proletariado, las personas pierden su condición de individuos capaces de establecer relaciones sociales libres y por ende la capacidad de deliberar, elegir, opinar, discurrir, expresar, organizar, liderar; en efecto, se vuelve indiferente a la realidad de su propio país, sin motivación solo queda el desierto social.



A modo de conclusión


Hemos visto distintas formaciones sociales. No implica necesariamente que exista una teleología o fuerza oculta en el desarrollo de la historia humana; que la misma tenga algún sentido especial. De ese modo, no se entienden por fases de evolución o etapas de civilización, unas pueden aparecer y desaparecer. Más sin embargo, una pueden ser más deseadas como lo muestra la reflexión teórica y la misma historia de las distintas sociedades. Acá pues se hace una disertación donde se conectan elementos que se creían puramente económicos como los rendimientos a escala con elementos "extra económicos" como la lucha por el poder político y su administración. No es palabra final. Busco, en cambio, enriquecer un debate que se debe dar en la academia y, sobre todo, fuera de ella porque es donde están los beneficiados o perjudicados con las distintas concepciones engendradas.

 


Bibliografía


Bastos, M. (2016). Redundancia, escala y duplicidad en la administración: una crítica de los mitos acerca de la racionalidad administrativa en las propuestas de reforma de la administración pública española. Revista del CLAD Reforma y Democracia, No. 65, pp. 129-156.
 
Marx, K. (2019). Manifiesto del Partido Comunista. España: Editorial Verbum.

Mill, John Stuart. Principles of Political Economy, en Collected Works, vol. 3. Toronto: University of Toronto Press, London: Routledge & Kegan Paul, 7a ed, 1965.

Sen, A., Sen, A. K. (2000). Desarrollo y libertad. Colombia: Planeta.

Sismondi, J. C. L. S. d. (2016). Nuevos principios de economía política : de la riqueza en sus relaciones con la población. España: Icaria editorial.




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