Comentarios al texto "La Ley de Borsodi, en el siglo ...." (4) - Blob, el hongo político
A continuación propongo una forma distinta de entender el impacto que ha acarreado la aparición del Estado en las sociedades humanas. Si se me apresura en la explicación diré que del "laboratorio político" gestado en los grandes ríos rodeados por desiertos (Nilo, Éufrates, Indo, Amarillo) se "escapó" una criatura llamada "Blob, el hongo político". ¿Estoy diciendo cosas sin sentido o a qué me refiero? A diferencia de las otras entradas comentadas, en esta posee un rasgo más especulativo. Sin embargo, considero que ello no significa un error si es especulación fecunda, y el lector podrá determinar a buen criterio, si en este caso lo es.
Algunos biólogos y otros pensadores ven al ser humano como una plaga sobre el planeta Tierra que está devastando los distintos ecosistemas producto de un hambre voraz; el cual posiblemente termine en un descenso precipitado de la población; como ocurre con casi todas las especies que cavan su propia tumba al destruir las condiciones que lo sostienen (generalmente, descritas bajo las ecuaciones de Lotka-Volterra). Incluso llegan a citar dichas características bajo el rótulo de homo rapiens; por supuesto aludiendo a esa condición de saqueo por parte del género humano a los recursos en el planeta.
Ahora, para continuar planteando el constructo veamos de qué se trata "Blob". Este es el nombre alusivo a la película de cuyo antagonista decidieron bautizar al hongo Physarum polycephalum. Ha sido usado recientemente para analizar el establecimiento de redes, por ejemplo el metro en la ciudad de Tokio. El hongo crece en todas las dirección y luego refuerza los caminos donde más fuente de alimento tiene. Todo ello lo hace reaccionando a gradientes químicos. Los copos de avena son de los menús favoritos. Dejándonos llevar en esa analogía podríamos ver el poblamiento del ser humano desde el holoceno en el planeta como la propagación de "Blob".
El ser humano se extendió por todo el globo terráqueo. Presuntamente, la llegada a América fue hace unos 30.000 años acorde a los más extremos defensores del poblamiento temprano. Sin embargo, y acá es donde resulta más interesante en la apreciación, la plaga humana como algunos prefieren ver el éxito del primate voraz, no se concentra la población donde necesariamente están los mayores recursos, sino en territorios más propensos a lo denominado bajo la categoría de exhaustividad; como ya se indicó en las riveras de grandes ríos rodeada por desiertos. Es decir, si deseamos modelar a la especie humana como una clase de hongo mucilaginoso los copos de avena no representa los lugares donde más recursos hay en el mundo sino por el contrario donde es más factible generarse una exhaustividad (carácter supra local, 50% del ingreso económico para la clase media).
Por supuesto es un fenómeno complejo y toda reducción tiende a desvirtuar a la solución al problema científico. Pero es un elemento relevante ver cómo dado un nivel de conocimientos y tecnológico algunos seres humanos les resulta posible imprimir un carácter de exhaustividad a otros seres humanos. Es en estos territorios donde precisamente se dan las explosiones demográficas que hacen ver el desequilibrio entre el número de habitantes y la disponibilidad de recursos. De seguir esta idea, será necesario poder definir un indicador que permita medir la probabilidad del rasgo exhaustivo de las áreas del mundo donde se extiende la especie humana.
Para finalizar es necesario advertir que la concepción filosófica que soporta este argumento ve el espacio y el tiempo bajo una concepción relacional (controversia Newton-Leibniz). Por tanto el espacio no es un escenario donde las cosas interactúan; sino vemos el espacio como la separación entre las cosas, más precisamente lo que se interpone entre ellas. Es así entonces que si las cosas desaparecen también correría igual suerte el espacio. Hasta aquí la reflexión sobre "la dimensión espacial del capital".
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